domingo, 20 de marzo de 2016

Trabajo 20 de julio



Análisis sitio web

El sitio web propuesto por la Iglesia tiende a ser muy actual y va de la mano con la innovación tecnología y de cierta forma da una idea de lo que es la iglesia y el contexto en el que se encuentra. Sin embargo a la hora de vivir la experiencia y estar en el sector tiende a ser totalmente diferente, ya sea por el día en el que se fue a ver el contexto o por otro caso totalmente diferente.
 Al llegar al lugar es algo totalmente distinto, la página muestra algo muy lindo por decirlo así, pero el contexto es más frio y amargo de lo que se muestra, sus alrededores son comercio de muchos artículos religiosos y la gente de sus alrededores no es tan feliz como se muestra en su página.
La gente es muy seria y es cerrada, sin embargo una que otra persona es amable y cumple con las expectativas que genera la página, pero son muy pocas en contraste con la cantidad que uno espera ver. Realmente el sitio web de la iglesia crea muchas expectativas e imaginarios acerca de lo que se encontrara al ir a este lugar sano.
Viendo esto uno tiene a concluir que el sitio no tiende a ser siempre realista y mostrar toda la realidad que constituye el contexto de la iglesia, puesto que muchas imágenes no son espejos reales de lo que se vive en la iglesia del 20 de julio y sus alrededores. Es diferente el sentimiento que genera ver las imágenes que están en la página web y el sentimiento que genera estar allí en la iglesia y a sus afueras.






Una crónica del 20 de julio


Es jueves, son las 5:10 de la mañana y empieza el día, una nueva jornada. Sobre las 6:10 de la mañana, me encuentro en el portal de transmilenio de la 80 esperando el servicio H21 para poder transportarme a la universidad ubicada en la 75 con 15. Unos minutos después, tras muchos empujones logre entrar en un articulado muy lleno y con poco cupo para las personas que se encuentran en otras estaciones. Durante 30 minutos de constante contacto físico y un pavoroso calor corporal, logre llegar a mi destino.
Son las de las 7 de la mañana y mi clase empieza, clase que tomaría tres horas en terminar. Al finalizar la clase, emprendo camino al 20 de julio, donde mi destino sería la iglesia del “divino niño”. Tras tomar el articulado en la estación cercana a mi universidad, note un poco más adelante un gran trancón que se daría debido a las protestas por el paro nacional realizado ese mismo día.
Mi viaje que no tomaría más de una hora, pasaría a tardar cerca de hora y media por los constantes trancones. Sin embargo no entre en pánico, al contrario decidí apreciar esas partes desconocidas para mí y disfrutar el largo viaje.  Al llegar al final del recorrido y entrar en el portal del 20 de julio, me sentí totalmente desubicado y perdido, entre en un contexto totalmente diferente para mí, era un lugar nuevo.
Al salir del portal, decidí partir al metro cencosud del 20 de julio, sin embargo observando el entorno, me fije en una punta muy parecida a la de una iglesia, así que decidí partir para allá. Entre las cuadras y sin saber cómo llegar iba en camino para aquel lugar que había divisado, un delicioso olor a pan fresco recorría cada cuadra que atravesaba. El hambre me invadía, pero era preciso que llegara a aquel lugar para empezar mi trabajo.
Tas recorrer algunas cuadras, encontré el lugar, una enorme fachada hacía honor a su nombre y a las viejas iglesias como las imaginamos. Así que decidí entrar y fijarme si su interior era aun de la vieja guardia o antiguo. Sin embargo me he llevado una gran sorpresa al fijarme en lo moderno de su interior, su techo, sus columnas, sus imágenes etc.
Llegue justo antes de que la misa terminara, disimuladamente una que otra foto he tomado del recinto, salgo de la iglesia y miro más detenidamente el entorno que rodea la iglesia, muchas tiendas de artículos religiosos y una que otro puesto ambulante vendiendo comida. Pero esto no era lo único que resaltaba en este ambiente, el día era frio y muy oscuro y no solo se notaba en el clima también era muy notorio en la actitud de la gente, pocas caras amables a la vista y al contrario muchas caras de disgusto y enojo se veía a simple vista.
Sin embargo para seguir con el trabajo, decidí adentrarme más por el barrio, una calle llena de vendedores ambulantes llamaba mi atención, por ende tome aquel camino, no eran pocos, al contrario eran demasiados los vendedores ambulantes que se encontraban en una calle muy extensa, sin embargo, este camino me llevaría a descubrir la plaza de mercado del 20 de julio, un lugar donde se respira otro aire y la gente es totalmente diferente a la que se encuentra a las afueras de la iglesia.
Gritos y mucho ruido acompañan este lugar, mujeres ofreciendo sus productos a un bajo precio, hombres gritando precios y ofreciendo diferentes alimentos, un ruido constante de buses acompañan estos sonidos y encima de eso una ligera lluvia que guarda a sus vendedores en los puestos de cada uno. No es nada diferente al ambiente con el que me tope adentro de la plaza, mucha gente ofreciendo comida y un muy larga y gran variedad de productos para ofrecer, un olor peculiar a sudor y a muchos alimentos del campo me hace pensar que estoy en un lugar donde el trabajo es duro y donde no se dejan de lado las tradiciones.
Al intentar preguntarle a algunas personas no muchas preguntas, la reacción era la esperada, se negaban a colaborar como si alguien los estuviera observando y prohibiéndoles que se hablara de cómo estaban organizados, unos más sospechoso que otros, unas muy esquivos a todo tipo de comunicación verbal, sin embargo una señora decide ayudar y responder las preguntas, es evidente el cambio de ambiente al hablar con una señora que atiende a las afueras que a una persona que vende artículos religiosos.
Al conseguir las respuestas, decido volver a la iglesia e informarme más sobre los vendedores de artículos religiosos, aunque esperaba mejor acogida con las respuestas, fue muy similar a la plaza, gente esquiva y sin interés alguno por responder las preguntas, sin embargo, una señora de una cara no muy agradable, decide aceptar y responder una serie de preguntas, en las cuales es muy evidente su religiosidad y la devoción a la religión.
Una misión que al principio parecía casi imposible, estaba por concluir, con un grupo de compañeros decidimos volver a aquella panadería donde el olor a pan fresco era muy llamativo y provocativo, satisfechos con la labor realizada, decidimos volver a el portal, donde ya no me encontraría perdido del todo y de cierta forma si vuelvo a este lugar, sabré como ubicarme. Tome el primer articulado que paso y abandone aquel lugar, aquel contexto que no guarda muchas diferencias con muchos barrios populares de la ciudad, pero que ha dejado en mí una experiencia muy grata.

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